El dirigente socialista reasumirá la banca de diputado para la que fue electo en octubre de 2007. Casi no puede mover su cuerpo y se comunica a través de una computadora. No perdió las ganas de “hacer cosas” ni la iniciativa política. “Quiero ayudar a profundizar los cambios”, dijo en una entrevista con Página/12 en la que habló de sus desafíos y el futuro del país. Las retenciones, las candidaturas “testimoniales” y la inseguridad.
Jorge Rivas está sentado en una silla de ruedas. Enfrente de él hay un escritorio de madera, sobre ella hay una computadora portátil abierta con un programa de reconocimiento alfabético que permite escribir eligiendo las letras con el mouse. El cursor se desplaza guiado por los ojos, el procedimiento se completa cuando el usuario va formando las palabras con un leve movimiento de sus dedos. Al lado de la computadora hay un portarretrato con la forma de una luciérnaga de color verde. La luciérnaga, se sabe, es el insecto que puede hacer luz en medio de la noche más cerrada. En el portarretrato se ven las caras de Pilar y Sebastián, 6 y 10 años, los dos hijos de Rivas. El dirigente socialista está acostumbrado a la tarea de escoger las letras, crear las palabras. De vez en cuando oprime una tecla de la computadora y entonces la voz automatizada de la notebook lee la frase que él ha construido.
El 13 de noviembre de 2007 a la madrugada, Rivas fue asaltado y golpeado frente a una farmacia de Lomas de Zamora. La agresión lo dejó inconsciente. En la primera revisión, los médicos le diagnosticaron traumatismo de cráneo, asociado a hemorragia cerebral. Un año y cinco meses más tarde, Rivas está sentado en un departamento luminoso de Congreso dispuesto a contestar las preguntas de la entrevista con Página/12. En la sala hay un televisor sin volumen, un equipo de audio llena el ambiente con la dulce voz de la cantante de jazz norteamericana Norah Jones. Desde la ventana llega el ruido de un helicóptero de la Policía Federal que está sobrevolando la zona del Obelisco. Afuera, la atención está puesta en la movilización por el crimen del chofer de Andreani, Daniel Capristo, que llegó a la Capital desde Valentín Alsina.
La entrevista comenzó con una primera serie de preguntas enviadas por mail. Tras los saludos iniciales, Rivas exhibe las respuestas en la pantalla de la computadora. La lectura conjunta de las afirmaciones del diputado socialista promueve nuevas preguntas por parte de este diario. El contenido de las réplicas demuestra que Rivas mantiene el estilo punzante e irónico que tenían sus discursos en el recinto a lo largo de sus dos primeros mandatos como diputado. A medida que Página/12 hace las consultas en voz alta, Rivas va eligiendo las letras y las palabras que formarán la respuesta. En la mayor parte de los casos, no es necesario que en el monitor aparezca la palabra completa: el sentido se entiende con las primeras dos o tres sílabas.
En una reciente nota de opinión escrita para un diario, hace dos meses, Rivas comparaba su vida con el relato homérico de Sísifo, condenado por los dioses a cargar con una roca cuesta arriba de una montaña. Aunque la roca siempre se caía antes de llegar a la cima, Sísifo no se desanimaba y lo intentaba otra vez. Quienes están cerca de Rivas dicen que su constancia no tiene nada que envidiarle al personaje mitológico de Homero. “Quiero volver a hacer varias cosas. Sé que algunas son a largo plazo y estoy trabajando para ellas. Otras son más inmediatas, como hacer política. Creo que éste es un momento fenomenal para hacerla”, dice Rivas. Uno de los desafíos internos que se impuso el dirigente socialista es nada menos que asumir su banca como diputado. Rivas fue electo por la lista del FPV el 28 de octubre de 2007. Como la asunción era el 10 de diciembre de ese año, no pudo jurar ni renunciar al cargo: recién había pasado un mes del robo y su evolución era incierta, estaba en la primera etapa de la rehabilitación. Hoy Rivas está decidido a asumir la banca. Ya está decidido que su asunción se concretará durante el mes de mayo. El Parlamento deberá prepararse para recibir a un diputado en silla de ruedas que se comunica a través de una computadora.
–Va a jurar como diputado en poco tiempo. ¿Qué proyecto le gustaría impulsar en esta etapa?
–Sería mi tercer mandato, ya perdí las ilusiones. Me conformo con ayudar a profundizar los cambios.
–¿Cómo será su vida cotidiana en el Congreso cuando reasuma la banca?
–Distinta obviamente a lo dos mandatos anteriores. Va a ser una experiencia nueva y difícil, por eso me estoy preparando duro. No soporto seguir de espectador en una etapa tan importante de nuestra historia donde creo que se está diseñando la matriz de un tipo de sociedad más justa.
–¿La institución deberá adaptarse para facilitar su participación?
–El Congreso debería anoticiarse de que cada vez va a ser más común que, fruto del avance científico y tecnológico, nos representen personas con capacidades diferentes. De todas maneras, inicialmente creo que es más sencillo que me adapte yo a que lo tenga que hacer el Congreso. Pero si logro sobrevivir a la cumbia y reggaeton que escuchan mis hijos, de 6 y 10 años, voy a salir muy fortalecido como para adaptarme a cualquier situación.
La visión aldeana
Rivas está acompañado por dos de sus compañeros de siempre: el diputado Ariel Basteiro y el secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, Oscar González. Los tres son de origen gallego, los tres son socialistas desde muy jóvenes. Rivas fue presidente del Partido Socialista de la provincia de Buenos Aires, a mediados de 2007 fue artífice de la incorporación del PS bonaerense a la coalición que postulaba a Cristina Fernández como presidenta. El acercamiento sacudió al socialismo. Basteiro y González fueron acusados por el Tribunal de Disciplina, por colaborar con el kirchnerismo desde el Gobierno y el Parlamento. El Tribunal pidió la expulsión de ambos, la resolución se conocerá en el próximo congreso partidario. Rivas es muy crítico con esa medida, de la que responsabiliza a “la facción” que encabeza el partido a nivel nacional. El presidente es el senador santafesino Rubén Giustiniani. Rivas define a la línea dominante en el partido como “socialismo radical”.
–¿Cómo tomó la decisión de la conducción del Partido Socialista de expulsar a los afiliados que siguen en el Gobierno?
–Por supuesto que mal, no tanto por las expulsiones de los amigos, que como toda decisión grotesca mueve a risa y esconde una mediocridad triste. Además, porque esa decisión rompe la mejor tradición de respeto a la diversidad y a la horizontalidad. Las diferencias políticas se resuelven debatiendo y no con un manual de disciplina. El paradigma del orden es para la Iglesia y las dictaduras, no para el Partido Socialista en tanto partido democrático.
–¿Cuál fue su evaluación del conflicto por las retenciones y del papel que jugaron el Partido Socialista y Hermes Binner a lo largo del debate?
–El proyecto que envió el Ejecutivo al Congreso no sólo era y es aún hoy votable, sino reivindicable, ya que lo que subyacía es si debe o no intervenir el Estado en la economía y cómo se distribuye el excedente concentrado fundamentalmente en los grandes exportadores. También nos permite debatir quién y por qué debe financiar el gasto social en nuestro país, debatiendo, como debe ser, la pobreza junto a la riqueza, dándole vida a aquella maravillosa frase de Juan B. Justo: “Si en el banquete de la vida no hay lugar para todos es porque algunos ocupan demasiado lugar”. Perdimos una buena oportunidad de acomodarnos mejor a la mesa. No se comunicó bien, el diablo metió la cola, la derecha vio la hendija y se defendió bien y el Gobierno paga costos por una medida claramente de avanzada. En cuanto a esa parte del PS, para variar, está desorientada y hace rato que no encuentra el norte. Binner privilegia la cuestión electoralista y tiene una visión aldeana por sobre la cuestión nacional, que es cómo es distribuir la riqueza. Allá él.
–¿Usted cree que los actuales dirigentes del Partido Socialista traicionaron las banderas partidarias o la historia del socialismo en la Argentina da para todo?
–Pienso que hacen una lectura muy equivocada de la etapa.
–Es posible que en Diputados, cuando usted haya vuelto a asumir la banca, la oposición presione para tratar en el recinto la eliminación de las retenciones? ¿Qué hará usted si llega ese momento?
–Le adelanto que estoy a favor de las retenciones.
–¿Qué le parece que Julio Cobos haga campaña contra el candidato del Frente para la Victoria en Corrientes?
–Le aclaro que tengo aprecio personal por Julio Cobos, pero creo que desde la madrugada del voto no positivo con madrugada incluida, no paró de cometer errores concatenados, quizás el último haya sido volver a la casita de los viejos. Y lo de Corrientes tienes que inventariarlo entre los errores.
–¿La coalición entre Binner, Cobos y la Coalición Cívica puede llegar a ganar la presidencia en 2011?
–Creo que no tienen destino.
–¿Por qué?
–Porque lo único que los mueve es su vocación lúdica de ganar, pero no hay programa de reformas, al menos que se conozcan.
–En uno de sus últimos escritos, usted dijo que la política actual se caracteriza por la falta de rebeldía juvenil. ¿Cree que es necesaria mayor participación de los jóvenes? ¿Falta mayor rebeldía?
–A los jóvenes les faltan espacios alternativas de participación. La juventud está en todos los partidos pero muy oligarquizada. Falta horizontalidad. Creo que los jóvenes lo van a cambiar.
–¿Qué piensa de la candidatura del intendente de Morón, Martín Sabbatella?
–Es un buen amigo, y creo que es bueno que haga su experiencia.
Políticas preventivas
El ruido del helicóptero de la Policía Federal vuelve a colarse por la ventana. La máquina sobrevuela por las cúpulas del desaparecido hotel Majestic, cuyo edificio hoy alberga a una repartición de la AFIP. Basteiro ceba un mate con un termo que lleva las iniciales de Mirtha Legrand. Es un obsequio que recibieron tras una invitación al programa de la señora de los almuerzos. El zumbido del helicóptero hace que la entrevista gire hacia la problemática de la seguridad. Lector cotidiano de los diarios, Rivas está informado de la movilización que en ese momento circula por el centro de la ciudad. También está al tanto del debate alrededor de la posibilidad de impulsar una ley penal juvenil. Basteiro le cuenta que acaba de recibir por correo electrónico el proyecto de la diputada Vilma Ibarra, uno de los borradores que están abordando la materia.
–El crimen de Capristo impulsó los reclamos de que se sancione una ley penal juvenil. Una normativa que incorpore a los menores de 14 años al régimen penal: con un fiscal, un abogado defensor y un juez. Hoy los menores que cometen delitos son juzgados según el régimen tutelar y se los recluye en institutos. ¿Es necesario impulsar una nueva ley?
–No es la solución a la inseguridad judicializar a los menores.
–Eugenio Zaffaroni, Daniel Scioli y el propio Kirchner ya se pronunciaron a favor de sancionar una nueva ley penal juvenil.
–Realmente habría que ver el proyecto para opinar seriamente. Pero no tengo dudas de que por ahí no pasa la solución.
–¿Y por dónde pasa la solución?
–Las causas son múltiples, la solución más fuerte es la integración con igualdad.
–Francisco de Narváez está haciendo campaña, centralmente, con el reclamo de mayor seguridad. En los últimos dos meses, la mayoría de las encuestas coincidió en que De Narváez había subido en las encuestas. ¿Qué tanto puede crecer una propuesta política organizada en torno a la inseguridad?
–Por respeto a las víctimas, me parece infame usar ese tema electoralmente. Además, ¿quién le puede creer al señor del marisco tatuado que le interesa realmente la inseguridad del pueblo?
–¿Está informado de la evolución de la causa judicial por el robo y la agresión que sufrió aquella madrugada en Lomas de Zamora?
–No mucho. Sé que en breve van a juicio oral.
–¿Y está conforme con la actuación de la Justicia en el caso?
–La Justicia hará, dentro de sus limitaciones, lo que pueda para desentrañar un episodio que no es fácil. Esto que me pasó me refuerza en pelear por políticas preventivas. Cuando el patrullero llega ya es tarde, el daño ya está hecho.
La dinámica de los tiempos
La charla deriva por un instante al fútbol, algo inexorable entre caballeros. Rivas es hincha de River y Temperley. Sus amigos lo identifican como un pésimo jugador de fútbol pero un aficionado al tenis bastante respetable, difícil de vencer. Ante las bromas por su condición de riverplatense, Rivas confía en el regreso de los viejos ídolos. Aquellos a los que se les perdona todo. “Ahora vuelve Orteguita y estamos otra vez en carrera”, amenaza. Pero la política vuelve al centro de la conversación y Rivas parece disfrutar de las referencias a la actualidad más inmediata: así van pasando las consultas sobre el futuro del peronismo, las candidaturas testimoniales, la crisis económica, la Ley de Radiodifusión, la continuidad del ciclo kirchnerista.
–¿La Argentina está en las puertas de una restauración conservadora?
–No creo. Aunque convengamos que lo que se visualiza en el escenario político como oposición o como alternativa está claramente a la derecha del Gobierno. Y si así fuera sería una catástrofe para el campo popular y de la izquierda democrática porque significaría debilitar nuevamente una histórica posibilidad de hacer cambios profundos e implicaría un enorme retroceso social. Volveríamos a vivir paradigmas que suponemos superados. Por eso la elección próxima legislativa adquiere gran relieve: no es poca cosa saber si vamos a contar con la fuerza determinante en el Congreso para profundizar los cambios o retroceder, ya que la dinámica de los tiempos no dejan lugar para mesetas.
–¿La derecha ha tomado la iniciativa?
–La derecha está agazapada y tiene actores muy influyentes para penetrar en el tejido social. Está siempre lista para explotar políticamente cualquier contradicción. Y ya hemos visto cómo se comportan cuando se trata de defender sus privilegios. De todas maneras, van a volver a tomar la iniciativa sólo si lo permitimos y yo estoy convencido de que la enorme mayoría va a leer bien la etapa y va a votar en consecuencia.
–¿Ya empezó la etapa poskirchnerista?
–En tanto etapa de transformaciones, por supuesto que no. Una de nuestras tareas es precisamente sumar masa crítica para ayudar a que las transformaciones no se detengan y se den a un ritmo más acelerado porque somos conscientes de que aún existe desigualdad fenomenal.
–¿El peronismo ya está empezando otro giro drástico en su histórico juego pendular de izquierda a derecha?
–No soy peronólogo. Pero creo que como en todo movimiento o partido sociológicamente mayoritario, izquierda y derecha disputan todo el tiempo y hoy claramente es el ala de izquierda el que gravita y decide. Desde afuera veo contradicciones innecesarias, pero el poder no es lineal, reconozco que si no sería fácil. Una cosa es decir frases ocurrentes y otra es gobernar.
–Usted es bonaerense, ¿qué le parece una posible candidatura de Daniel Scioli a diputado?
–El socialismo de la provincia de Buenos Aires integra un frente con el PJ y otras fuerzas y el PJ va a elegir sus candidatos, nosotros ya elegimos los nuestros democráticamente. De todos modos, si me dejo llevar por las encuestas, como decimos en el barrio, Scioli es un jugador que todos queremos en nuestro equipo. Y el gesto de que siendo gobernador juegue anunciándole de antemano a la ciudadanía que lo hace testimonialmente para apoyar el proyecto nacional es fuerte y da una noción de la importancia de la elección.
–¿Qué opina del debate por la Ley de Radiodifusión?
–Creo que es muy oportuno sancionar una nueva ley y terminar con la herencia de la dictadura y sobre el enfrentamiento de algunos medios con el Gobierno creo que ya es grosero y subestima a su público.
–¿Argentina está en recesión, o como dice Kirchner ya hay signos de reactivación económica?
–Para que le tratemos de dar dimensión le doy un solo ejemplo, el de un país al que hace algún tiempo íbamos a buscar trabajo. Leía un informe objetivo que arroja el escalofriante dato de que en España se espera para fin de año una tasa de desempleo del 30 por ciento, con el saldo y las consecuencias que los argentinos conocimos. Vayamos por más pero cuidemos lo que se ha conseguido económicamente en estos años. El mundo está atravesando problemas serios, que nos afectan como parte de él. Veo signos de cierta sana autonomía producto de un mayor consumo interno. Si bien es una especialidad de la casa dilapidar oportunidades, seamos esta vez serios y profundicemos la tenue reactivación que se balbucea.