jueves, 21 de mayo de 2009

Jorge Rivas asumió su banca de diputado
















Gracias a la rehabilitación y a un sistema especial para que pueda comunicarse, el socialista pudo jurar como legislador en un emotivo acto. Había sido electo en 2007 pero quedó tetrapléjico tras recibir una feroz golpiza en un asalto. Kirchner, Randazzo, Alberto Fernández y Heller estuvieron entre los asistentes.










Jorge Rivas juró este miércoles como diputado nacional, banca por la que fue electo en los comicios de 2007 y que no pudo asumir como consecuencia de una golpiza durante un asalto del que fue víctima en noviembre de ese año, en el marco de una emotiva sesión. La asunción de Rivas contó entre otros con la presencia del ex presidente Néstor Kirchner, candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria; el ex jefe de gabinete, Alberto Fernández; y el ministro del Interior, Florencio Randazzo; quienes se ubicaron en uno de los palcos bandeja del recinto de la cámara baja. También estuvieron el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el senador Daniel Filmus; el secretario de Relaciones Parlamentarias de la jefatura de gabinete, Oscar González; el candidato a diputado nacional por la ciudad, Carlos Heller; y Martín Sabbatella, postulante a diputado por la provincia de Buenos Aires. Minutos después de las 16, el presidente de la cámara, Eduardo Fellner, le tomó juramento a Rivas, ante la ovación del público presente que colmó los palcos del recinto y de todos los diputados. Rivas asumió, tras 18 meses de haber sido electo, ya que no pudo ocupar su banca porque sufrió un fuerte golpe en un asalto que lo dejó tetrapléjico y sólo puede comunicarse a través de una computadora equipada con un software especial, ya que sólo puede mover dos dedos. El ex vicejefe de gabinete comenzó su día a media mañana, como lo hace habitualmente en su casa, y chequeó los mails a través de su computadora. "Estoy muy ansioso", reveló Rivas a uno de sus allegados desde temprano cuando le preguntaban como se sentía ante la proximidad de la jura. Desde el mediodía, el dirigente socialista estuvo atento a través de los canales de televisión a lo que ocurría en el Senado, con la visita del Director Ejecutivo de la Anses, Amado Boudou, quien expuso ante los legisladores que integran la bicameral de seguimiento de los fondos de ese organismo. Cerca de las 13, se preparó para la ceremonia con un traje azul oscuro y corbata al tono y junto a su hermano Alejandro y su enfermera Dolores, se trasladaron al Congreso en auto. Pero, la tradicional marcha de los miércoles que realizan agrupaciones de jubilados frente al Parlamento demoró más de lo pensado su llegada al Parlamento, a pesar de que Rivas vive en Paraná y Rivadavia, a sólo 4 cuadras del Congreso. Una vez que llegó al edificio, ingresó por la entrada de Combate de los Pozos y de ahí se trasladó -siempre acompañado por Oscar González y otros allegados- por uno de los ascensores de la planta baja al primer piso hasta llegar al estrado central del recinto para prestar juramento. Allí, en el recinto, estaban sus padres, su esposa Sandra Cozzo y sus dos pequeños hijos Sebastián, de 10 años, y Pilar, de 5, que se sentaron en dos palcos ubicados frente al estrado principal. "Rivas, presente. Argentina te necesita", rezaba uno de los carteles con los que los militantes y amigos de Rivas lo recibieron junto con claveles rojos en alto. Cuando se acercó al estrado a prestar juramento, los papelitos y la emoción colmaron el recinto y se reflejaron también en la voz del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, quien se mostró muy emocionado y con la voz quebrada. Pero, un error en el sistema de audio-texto con el que se comunica Rivas, a través del cual lo que escribe sale por el parlante, impidió que la computadora emitiera el sonido del "Si juro" aunque ese detalle quedó superado por la emoción que generó la ceremonia. "Ole, Ole, Ole, Jorge, Jorge", gritaban los simpatizantes del dirigente apenas se formalizó la jura. Promediando la sesión, Rivas se ubicó finalmente en su banca, en la última fila del centro del recinto, a la que accedió a través de una rampa y permaneció allí un tramo de la sesión, acompañado por sus dos pequeños hijos. "Es un ejemplo de vida. Los chicos están chochos por lo que el padre hace por todos nosotros", relató emocionada Sandra, su esposa. Una anécdota relata por sí sola que Rivas sigue manteniendo intacto su temperamento y carácter vehemente. Fue cuando su compañero de banca, Ariel Basteiro, debió convencerlo para que se colocara una escarapela en la solapa de su traje, por la semana de Mayo.

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